digitos

domingo, 7 de noviembre de 2010

Dejarlas pasar.


Los días , las horas , todos los momentos se convierten en meses tan solo segundos, y en segundo lugar queda el viento cómplice del tiempo, la garra que araña las esferas de nuestra vanidad.

Un anciano deja caer el
reloj de faltriquera, lo suelta suavemente y reposa en su mano izquierda, con temor, pero sin titubear lanza quejidos que dan la hora sin fecha , el día sin numero, y la guia sin orientación. En el vidrio gastado de este cronógrafo, un rasguño indica una batalla antigua, una guerra perdida que atrae fantasmas de una novia olvidada o un hijo desaparecido en el camino de la vida, tan tajante e hiriente para decirnos, hasta pronto, y mentiras riendo en las barbas de la muerte que espera incansable y serena.

Mirame a los ojos, sin lágrimas y limpios del pasado; soy yo, farsante o verdadero, eso ya no tiene importancia para tomar tus manos y decir que estoy aquí. Padres, madres, hijos y esposas. Pequeños juguetes del destino, solo somos un soplo de Dios , y como el aire pasa por la rejilla mas débil, sin mover siquiera la litera de una habitación de nosocomio, pasamos por este deambular sin camino . Todo lo dejo en manos de tu serenidad, mujer-hija y ahora madre de mi sol, esposa que guarda caliente la cena para amarte en silencio bajo las sabanas de nuestro amor. Incorregible como toda mi esperanza, invencible entre tus piernas, inmortal en tu matriz de doncella valiente.

Mi wicce que todo lo cura y todo lo sabe, deja caer pedazos de frondas en mi pelo y con esto termina el conjuro de la vida, la que llena el espíritu de luz, de paz ; quizás de Krishna, tal vez de Sidartha antes de ser Buda, o solo dIOS que nos mira de reojo desde un agujero en el fondo del mar de pasiones. Mi dios goza mi satisfacción, celebra mis victorias y junto a Wicce que necesita saber de mi, somos felices en esta tierra que nos toco visitar en esta vida. La próxima la elegiré yo, pequeña hechicera que usa magia pura para calmar mis temores y espantar los fantasmas del pasado. Yo también te quiero con las doce formas de amor. Wicce del bien. Ahora estoy contigo.

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