digitos

martes, 9 de noviembre de 2010

Perdidos en la ciudad que llora.




Los martes son días de luto, pequeño ser que olvida el pasado en una hoja de parra. Las figuras distorsionan nuestras risas en un parque, en un café, entre pinturas y fotos, dulce y furiosa mente sin recuerdos de un otoño que se aleja a voluntad impetuosa.

Comparto mis horas con los duendes , con las hadas y las nubes de colores. Estoy tan lejos de la realidad, que mi cabello forma un ramo circular que endulza con dolor. Soy el hombre, hijo de un dios...o...tan solo soy dios jugando a ser hombre; no pagaré por culpas ajenas , mi reina de humo.

Guardo el encuentro con tus ojos en el futuro irreal, en la mentira que creamos tu y yo... ¿un día estaremos juntos? ... jamas ... el sueño murió y con el tus ojos de amor, de esperanzas. Nunca negaré lo bello de tu rostro, tu sonrisa sin expresión, la mordida de los labios que besan otros labios y las manos que arañan una espalda caprichosa. Por que antes de ser ninfa del bosque de mis poemas , eres mujer terrenal y amante mundana que goza de placer celestial...por eso extraño tus cuentos, tus mentiras y tu perdón.

Perdidos en la ciudad que llora, que sufre en cada esquina gris, llena de polvo y tierra. Esta misma ciudad fue testigo de una pequeña hazaña de dolor y perdón, de una inconclusa frase atorada en tu garganta. Ahora somos los fantasmas que criticamos y jugábamos, reíamos y burlábamos. Así como acaba una película, caminaremos por las calles de esta húmeda Lima y nos veremos, tus ojos entraran en los mios, leerán mis días nuevos y yo querré huir de ti, por que el hechizo que late en tu mirada es el peligro de mi frágil estabilidad. Sin un adiós, nos perderemos entre tanta gente y tu volverás a los brazos de el , y casi incauta, el no se dará cuenta que aun piensas en mi.

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