digitos

lunes, 5 de marzo de 2012

Sueño contigo siempre.


Quiero vivir, quiero ser oportuno. Tengo a mi deidad cuidando que no sucumba sin saber porque las cosas no surgieron como pretendí o como ambicionamos. Sabes que mi existencia es un polvillo sólido, buscando formas y que aun soy discípulo de las ideologías más ilustres. Muchas veces siento que perdí, y posiblemente es así, pero luego veo a mi hija y no puedo ni cavilar en algo tan bello. Tener una deliciosa fracción de besuqueos mágicos y interrogatorios inocentes.

Soy el solitario cuando necesito pensar en mi, y sé que todo puede estar en equilibrio, pero el mundo me patea y me dice…eh ¡¿donde estas? ¿Alguna vez han sentido que falta algo?, como repito, amo a mi hija y soy capaz de dar la vida por ella, pero, ella crecerá viendo a un fantasma fingiendo ser feliz.

La otra vez soñé contigo, el amor perfecto que se escapa con los años, meses, días, horas, minutos, segundos… ahora se está alejando más y más. Antes carreteaba con una mochila y una luz esperanzadora. Ahora ¿por qué no? Debo confesar que aun pienso que en el arcoíris hay un duende que esconde un tesoro, y que no es oro ni joyas…es amor.

El destino me está jugando esta partida y no voy a dejar que gane, tengo cartas escondidas y las usare para darle un fuerte golpe en la espalda. Seré el invencible hombre que lucha y ata sus temores por amar a su alma gemela. Así, mi pequeña Isabel, estarás feliz de que tu padre haga lo correcto y pueda verte a los ojos con sinceridad y decirte que la vida en verdad puede ser muy hermosa.

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