digitos

jueves, 29 de diciembre de 2011

Bella anecdota de un sueño matutino





Una canica en la mesa del teclado, este teclado cada vez mas amigo de mis letras y el monitor antiguo, aguanta todo lo que tiene que reparar. Calar esta vida llena de espacios vacíos y gotas de lluvias dispersas entre lágrimas intrusas. Otra vez estoy frente a ti, noble arcana, dueña del salero que cubre mis heridas. No se si todo se termino en el ayer o recién esta por empezar; este encuentro entre chispeantes luces de estrella y fuegos de artimaña popular.



El reloj no se detiene, tu sonrisa sigue dibujándose en mi mente y cuando sueño tus labios abren el universo dentro de mi boca.



Te vi en una playa inexplorada, disimulada con un pantalón de seda blanco y una polera azul. Tu cabello retozaba en el viento y tus pies divinos se liaban con la inmaculada arenosa.



Estabas sola y naranja era tu piel como la puesta del sol. Te observe mientras lanzaba piedras al mar. Ni las caracolas mas bellas podían acercarse a tu hermosura. Como soy de los tipos que andan cual fantoche escondido entre los muelles antiguos, te observaba de lejos, casi invisible, hasta que de pronto divisaste mi guarida. Lentamente te acercaste, me miraste y el tiempo empezó a recordar todas nuestras vidas juntas.



Celoso destino, impredecible el momento de partir. Llego la lluvia que todo se lleva y todo nos deja. Esa noche se llevo tu cuerpo tan naranja y lo alejo de mi. Sin embargo quedaron nuestras sombras haciendo el amor en la arena del tiempo. Para la próxima vida, te encontrare en un cementerio sentada con una flor, pidiéndole al ángel de la soledad que aparezca otra vez junto a ti.




Te amo, mañana sin ti...soledad eterna que me hace vivir sin ti.

1 comentario:

  1. Me encantaaaaaaaaa!!!! Definitivamente, esto es lo Tuyooooooooo!!!! ENDAVANT!!!!!!! besos

    La Roja

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