Matilde :
No tengo nada que pedir y mucho menos que dar, recién entendí que soy libre de ataduras y apegos. Solo me quedan recuerdos, carencias y querencias inútiles. Mis días mejoraron, dejo de llover sobre mi mejilla y mis muñecas están cubiertas de corazas que me recuerdan que soy tan mortal como inmortal. Tengo un pañuelo que guarda tu olor y una ventana que me lleva hasta el horizonte. Puedo ver tu risa complice y tus pequeños dedos escondiendo el cigarro que tocara tus labios, que un día probaron los mios. Aun sueño contigo y soy testigo del milagro de vivir con un recuerdo compartido, lo que fue , lo que sera y lo que nunca quiso ser. Sin embargo, tengo grabada la imagen de la ultima despedida, tan fría , tan cruel y sincera. Una navaja llena de miradas perdidas , un corazón que volvía a su normalidad. Pobres vagabundos de la ilusión.
Dejo de escribir esta primera nota, por temor a expandirme con ligereza en esta extraña relación de tenerte lejos y quererte mas. Una vez fui tuyo siempre , ahora soy mas del mundo que de mi espíritu. Naufrago en una isla sin nombre y sin color.
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