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martes, 10 de enero de 2012

¿Bendiciones para la mala suerte?



Hoy no cumplí mi promesa, deje caer lágrimas dentro del alma, cada vez más mustio. Soy un misántropo en un cosmos lleno de extraños. Amo tanto a cada uno que llego a abominar ser el más anómalo de todos. Tengo obstruido los tímpanos y abiertos los odios que engendre en cada batalla literal con la parca. Sin redobles de tambor llega y atropella como un atontado pasante. El mar es más escarlata cada día, ¿llenos están los cielos de tu gloria? O es todo una falsa historia de mucho tiempo atrás. Creo que aprendí a volver la mirada y hacerme el ido cuando me preguntan si soy feliz.

Sueño con verte descalza, bailando sobre mi dolor. La desilusión es caprichosa y despiadada, ángel de la desventura. Necesito muchas bendiciones, porque no creo en la suerte, ni en los martes trece. Sera varón y salvara a todos con su sangre, derramada por culpa de los que más le amaron. Tan grande es ser Dios, tan difícil es aceptar lo que el destino te propuso. ¿Serás tú el que bese su mejilla o el que lo niegue tres veces?...da igual, todo está pactado, y en un campo de sangre se definirá tu destino. Eres tú a quien tratamos de olvidar, pero sabemos que el remordimiento es el decoro de los verdaderos guerreros.

Mañana no entenderé por que hoy derrame estas lagrimas encierras, olvidare quien era en otro tiempo y volveré a vestir de corbata para recibir más monedas de plata.

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